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UNA EMOCIÓN

Liberosis

A todos nos ha sucedido. A veces nos fastidiamos de nuestras responsabilidades y queremos tirar todo por la borda. Muchas cuentas que pagar, compromisos que cumplir y objetivos interminables que la sociedad demanda que tachemos de una lista: tener un auto propio y una casa, formar una familia, tener un trabajo determinado y más.

Nos sentimos tan abrumados que nos gustaría renunciar a todo aunque sea por un par de días y volver a ser niños para regresar a aquella época en la que las cosas eran más sencillas y nuestras preocupaciones menos agobiantes que las que hemos adquirido ahora.

Si acaso has tenido días así, entonces has experimentado una emoción llamada liberosis.

Liberosis es el deseo de preocuparse menos por las cosas y de liberarnos de las ataduras sociales que nos aprisionan y se hacen mas densas a medida que vamos profundizando en la adultez. Liberosis es el anhelo de regresar a ese estado mental del niño que vive despreocupado y juguetón, que vive solamente, sin intentar controlar y aferrarse a cada cosa que le sucede.

Y tú ¿cuándo fue la última vez que experimentaste liberosis?

3 FRASES

Sobre la transformación y el desarrollo personal

Epicteto, filósofo estoico:

“Un ignorante le echará la culpa a lo demás de su propia miseria. Alguien que empieza a ser instruido se echará la culpa a sí mismo. Alguien perfectamente instruido ni se reprochará a si mismo, ni tampoco a los demás.”

Ram Dass, maestro espiritual, psicólogo y autor estadounidense:

“No puedo hacer nada por ti, más que trabajar en mi mismo... No puedes hacer nada por mi, más que trabajar en ti mismo.”

Hecato de Rodas, filósofo griego:

“¿Me preguntas qué progreso he hecho? He comenzado a ser mi propio amigo.”

1 REFLEXIÓN

A menudo, cuando hemos comenzado a trabajar en nuestras emociones, asumimos que todo marchará bien, que progresaremos en un linea recta hacia arriba. Pero la realidad es otra, el camino de la transformación es sinuoso y accidentado, tiene subidas, bajadas, vueltas peligrosas e incluso algunas paradas momentáneas.

Es un camino plagado de cambios, cambios que a veces se sienten agradables, pero otras tantas no. Y justo cuando eso suceda, te servirá de mucho recordar que:

No tienes ninguna obligación de ser la misma persona de hace un año, un mes o incluso una semana. Tienes el derecho a crecer, a cambiar de opinión y a tomar una decisión distinta a la que habías tomado ayer si eso es necesario.

Con mucha frecuencia otras personas esperan que cambiemos para que nos ajustemos a los estándares que ellos mismos tienen, pero es importante tener presente que no comenzamos un camino de transformación personal para encajar en el molde de alguien más.

De hecho evolucionamos para romper nuestro propio molde, para destruir las máscaras que nos limitan y convertirnos en la mejor versión que podemos llegar a ser.

Una que nos haga sentir plenos y satisfechos con nosotros mismos, con quien somos y en donde estamos. Y es necesario confiar, los que nos valoran realmente, sabrán comprender esos cambios y los que no, se marcharán de la forma en la que decidan hacerlo.

A medida que te vas transformando, otras personas se comenzarán a acercar, personas que sintonizan mejor con lo que ahora eres. Esto suena un poco místico, como si se tratara de un asunto de energías, pero en realidad es algo natural: al cambiar, cambian tus ideas, tus objetivos, la forma en la que te comportas y por lo tanto, es normal que nuevas personas se acerquen, más afines e interesadas en tu nuevo Yo.

Hay otra cosa más que te quiero compartir:

Mientras te encuentres en un proceso de transformación, debes confiar en tus observaciones y apreciar y agradecer cada pequeño avance que tengas. Si lo sientes, aunque sea vagamente, agradécelo. El cambio, en el largo plazo, se trata de la acumulación de estos pequeños cambios. Celebra, pues, tus triunfos por pequeños que estos parezcan.

No esperes reconocimiento externo o que otras personas perciban tus avances. Nadie conoce a cabalidad (ni tu mismo) todo lo que estás experimentado interiormente, entonces: ¿cómo alguien más podría entender y apreciar cada cambio que te acontece?

La mirada externa suele ser burda en estos casos, sólo aprecian los cambios cuando estos son muy notorios, especialmente si se sienten afectados por ellos, para bien o para mal.

No te entretengas en esperar el reconocimiento externo.

El crecimiento es para ti, el progreso es para ti, de modo que confía en tu camino y sigue avanzando.

Enviado por
José M. Reyes